Brinda un espacio tranquilo y luminoso para encontrar consuelo y apoyo espiritual en momentos de pérdida. Los vitrales simbolizan la vida eterna y la voluntad de Dios, recordando que la muerte es solo el comienzo de una nueva vida. La capilla es un lugar acogedor para reflexionar sobre el cuidado eterno y la misericordia de Dios y meditar sobre las verdades espirituales que trascienden los límites de la muerte y poder atravesar la complicada etapa del duelo en compañía.