Quienes experimentan una pérdida cercana de un familiar o amigo atraviesan un proceso de duelo que posee distintas etapas:
La primera fase es la conmoción o negación. Durante la misma, las personas pueden sentirse desorientadas e incluso no aceptar la realidad de lo ocurrido. Esta negación puede estar seguida por la ira y el reproche.
Posteriormente llega la depresión y la tristeza cuando se sabe que esa persona no volverá. Esta fase puede llegar incluso hasta la desesperación y la desesperanza abrumadora.
Las últimas etapas conducen hacia la aceptación, fase en la cual se acepta la pérdida y se encuentra una forma para seguir adelante.