HISTORIA DE UN SEPULCRO
Como reserva de memoria histórica y genealógica, el Cementerio Alemán es un espacio en el cual se expresan y se enlazan incontables relatos cuyo punto de partida puede hallarse en la materialidad de cada sepulcro. Más allá de su tamaño o de esfuerzo artístico, las tumbas nos invitan, desde su silencio, a develar sus discursos identitarios.
Los monumentos funerarios, como todos los bienes patrimoniales, separados de nuestro presente por la distancia histórica y los códigos simbólicos del pasado, requieren ese plus de interpretación que proveen nuestras visitas oficiales.
Para rescatar juntos algunas historias ocultas detrás de los epitafios de piedra y de bronce y que aguardan a la vera de los senderos.
ALGUNAS SEPULTURAS HISTÓRICAS DESTACADAS
BÓVEDA CINERARIA ALEMANN
La capilla funeraria Alemann es una bóveda de superficie, relativamente pequeña, de planta circular y sobria belleza, ubicada frente a un lateral del Memorial de las Guerras Mundiales. Ofrece la particularidad de haber sido proyectada exclusivamente para alojar en sus nichos urnas cinerarias, en vez de ataúdes, lo cual establece una coincidencia en el plano de la modernidad, tanto en relación con el lenguaje expresivo del edificio, como en lo atinente a las ideas de los comitentes respecto del modo de conservación de los restos de sus deudos.
En efecto, esta característica de origen revela la adopción, por parte de sus titulares (una familia de origen suizo de viejo arraigo en la colectividad, propietaria del periódico en lengua alemana Argentinische Tageblatt) de la práctica funeraria de la cremación y de la custodia de las cenizas. El fundador de este linaje en nuestro medio fue Johann Alemann (1826-1893), periodista y editor.
El proyecto pertenece al arquitecto suizo radicado en Buenos Aires, Walter Moll (autor del célebre edificio SAFICO en Buenos Aires), y los relieves escultóricos al taller de Klausing e hijos.
TUMBA DRA. MARGARITA BANTZ
La Dra. Margarita Bantz de Oleaga Alarcón, primera mujer anestesióloga argentina, fue presidenta, en 1956, de la Asociación Argentina de Anestesiología (electa un 16 de diciembre de 1955). Había nacido en Buenos Aires en 1917, graduándose en la UBA en 1946. Tuvo un rol prominente durante el último brote de poliomielitis, en 1956, asistiendo gratuitamente a los pacientes con insuficiencia ventilatoria internados en los hospitales de la Capital.
Tras una destacada trayectoria como profesional y docente, falleció inesperadamente el 18 de junio de 1972. Ante su tumba en el Cementerio Alemán la despidió el académico Prof. Oscar Vacarezza, quien según los testigos, no pudo contener la emoción y concluyó su discurso diciendo simplemente: –“Adiós querida Doctorcita! Adiós inolvidable Margot…”-
En 1973, la Sociedad Argentina de Anestesiología instituyó un premio que lleva su nombre.
TUMBA NADADORA JEANNETTE CAMPBELL DE PEPER
Jeannette Morven Campbell, hija de un escocés y de una argentina, había nacido circunstancialmente en Francia en 1916 y representó a nuestro país en los Juegos Olímpicos de Verano de 1936 en Alemania, ganando una medalla de plata en la disciplina de 100 metros estilo libre. Fue la primera mujer argentina que participó en una Olimpiada, integrando el contingente con 50 deportistas varones.
Falleció en Belgrano el 15 de enero de 2003. Su tumba se halla indicada por una lápida pequeña, casi al pie del obelisco que se alza en el sepulcro familiar Peper-Burkart.
SEPULTURA ESCRITORA ADA MARÍA ELFLEIN
Ada María Elflein (22-II-1880/24-VII-1919), argentina e hija de alemanes, fue maestra, periodista de La Prensa, traductora, poetisa y narradora. Murió en plena juventud, extenuada por sus travesías, pero dejando una notable producción como escritora. La revista Caras y Caretas señaló en su nota necrológica de 1919 que “su fecunda labor literaria, tan vasta y bella, constituye un monumento a su memoria”. Ya antes, en 1917, la había calificado como “la más popular de nuestras escritoras”, destacando sus “cuentos galanos e instructivos”, así como sus “artículos de paisajes y costumbres”, donde desplegaba su capacidad de observación, sus coloridas descripciones y “una rara sutileza en la apreciación de los hechos y de las cosas”.
Fue la primera mujer incorporada a la Academia Nacional de Periodismo. Había cursado estudios como alumna externa en el Pensionnat Frebourg. Y en esa época compuso, a los doce años, al modo de un ejercicio escolar, su primer cuento (un cuento de hadas), escrito en alemán, como regalo de cumpleaños para su madre.
Sostuvo, a partir de su propia experiencia, la conveniencia de que las mujeres emprendieran viajes grupales a sitios históricos o pintorescos de la Argentina, como un medio de ampliar sus horizontes culturales y morales, y de aumentar y liberar sus energías físicas. En tal sentido se la puede considerar, además, una precursora del turismo orientado a los lugares históricos y las bellezas del paisaje argentino.
Sus restos fueron trasladados, en 1970, desde su tumba familiar original al Osario general, donde permanecen.
SEPULCRO ESCULTÓRICO CHRISTENSEN-WULF (O WULFF)
El sepulcro fue mandado a construir por la señora Emma Christensen (benefactora del Hogar de Niños “El Alba”) y allí fue sepultado su marido, el empresario maderero Otto Wulf (o Wulff) (1868-1924), cuyo nombre lleva un conocido edificio de la ciudad de Buenos Aires, que se alza donde antes existía la Casa de la Virreina.
Emma falleció en 1941. El matrimonio fue propietario de la gran quinta “Esmeralda” en Colonia del Sacramento (Uruguay), que poseía acceso directo a la costa y la playa, y era frecuentada principalmente por Emma.
Dentro de la alzada enmarcada por dos columnas del orden toscano, se ubicó el elemento escultórico que adorna el sepulcro. La figura doliente en altorrelieve de mármol fue realizada por el artista alemán Fritz Behn, quien la firmó en Munich. Representa a una mujer sentada, en actitud pensativa, con las manos cruzadas sobre las rodillas, y cuyo torso se halla descubierto (aunque la posición de los brazos y el perfil elegido para la pose eximen al escultor de representar la desnudez de los senos). La quietud de la figura se ve apenas rozada por la brisa, que mece parte del cabello y hace cruzar un mechón sobre el rostro mismo, en un efecto expresivo notablemente logrado.
El escultor Behn (1878-1970) es autor de la famosa “fuente de Schiller” en Essen, además de obras que se emplazan en Hamburgo, Sigmaringen, Munich, Bremen, Lübeck, Köln, en el acuario de Nápoles, etcétera. Se destacó especialmente en el rubro de la estatuaria animalista. En materia funeraria, existe en el país, por lo menos, otra obra suya, en el cementerio de la Recoleta.
MAUSOLEO HERMANN (GERMÁN) FRERS Y MARÍA DEL ROSARIO LYNCH
Johann Gotthilf Hermann Frers llegó al país desde Marne a mediados del siglo XIX para asistir al pastor Augusto L. Siegel en tareas escolares. Era profesor de matemáticas, música e idiomas alemán e inglés, y también organista. Se dedicó a la educación, tanto en el seno de la comunidad alemana, como en casas de familias porteñas. En una de ellas, conoció a quien sería su esposa, la joven María del Rosario Lynch Zavaleta. Esta unión matrimonial, concretada en 1854, acercó a Frers al núcleo principal de la sociedad de Buenos Aires.
El 24 de abril de 1852, el pastor L. Siegel escribió acerca de su desempeño: El Señor Johann Gotthilf Hermann Frers, de Marne en Holstein, fue un colaborador querido y leal durante 8 años en la Escuela primaria de la Congregación Evangélica Alemana. Él se merece el máximo reconocimiento por el empeño puesto en la labor; por la constancia y el amor con el que se dedicó a su profesión durante este tiempo; por el esmero con el que intentó profundizar su capacitación en ella. Por su excelente don en la docencia y su cariño por los niños, no es de extrañar que alcanzara grandes éxitos en todas las ramas de la educación primaria, por lo que vale la pena mencionar especialmente que se destacó en cuanto a la caligrafía, en el cálculo mental y la geografía. Todo esto merece un reconocimiento aún más honorable si se consideran las dificultades especiales con las que tuvo y aún debe lidiar aquí un maestro. Además el mencionado maestro dirigió el canto de la Congregación Evangélica Alemana en los cultos asumiendo a la par la función de organista, y capacitando él mismo a los coreutas (alumnos de la D. E. Schule) y sumándolos al coro, por el cual ha hecho una importante contribución a la Congregación. Por tanto el abajo firmante expresa ahora su más sincero agradecimiento al Señor Frers por su leal e infatigable participación en la Escuela E. A. hasta el día de hoy, le expresa su ferviente deseo, de que pueda con la ayuda del Dios Todopoderoso ejercer su nueva, difícil e importante profesión con alegría y bendecido; y en cuanto a él le sea posible promueva el verdadero bienestar humano”.
Ya casado, se estableció en Baradero, donde tuvo actuación pública. En 1856 recibió a las familias suizas que iban a radicarse allí.
Al fallecer Frers, en 1890, sus descendientes entregaron una importante suma de dinero para la construcción del Hogar de Huérfanos en aquel poblado bonaerense.
Otro miembro de la familia, el Dr. Emilio Frers (hijo del maestro) se dedicó a la política, a la cría de ganados y a la experimentación con forrajes. En ese campo de la agronomía, fue pionero en materia de siembra de alfalfa para el pastoreo de los vacunos. Presidió la Sociedad Rural Argentina, fue académico y en 1898, tras el desempeño de cargos municipales y un ministerio provincial, fue designado como primer Ministro de Agricultura de la Nación, durante la segunda presidencia del general Roca. Fue, además, un gran impulsor de la enseñanza agrotécnica y autor de trabajos de su especialidad.
Las grandes dimensiones de este sepulcro familiar subterráneo, realizado en lenguaje rústico, justifican su caracterización como “mausoleo”. En efecto, si bien el recinto sepulcral se ubica bajo tierra, sobre una amplia plataforma se eleva una alta “estela” rústica formada con bloques de piedra (sujetados con grampas de fierro), a cuyo frente se emplaza la escultura, hecha en bronce, de una figura de identidad aborigen (de ahí que, popularmente, se la denomine “el Indio”). De este modo, la referencia nativista (¿alude a los niños aborígenes del Baradero, donde el arqueólogo Salvador Debenedetti había localizado un asentamiento prehispánico y donde existió un poblado reduccional en época hispánica?) asume protagonismo en el programa iconográfico de la tumba.
El sujeto representado se muestra en actitud melancólica, casi diríamos que se trata de un singular doliente masculino, con sus manos ligeramente entrelazadas en gesto de oración, dirigiendo su mirada hacia el sector donde, bajo la piedra, yacen G. Frers y su esposa.
ARQ. ERNESTO SACKMANN
Ernesto Carlos Adolfo Sackmann fue un destacado arquitecto de ascendencia alemana (sus padres habían llegado a mediados del siglo XIX). Nació en Buenos Aires el 5 de mayo de 1874 y cursó estudios de arquitectura en la Escuela Superior de Arquitectura de Dresde y la Genverve Akademie (Chemnitz), asistiendo a las clases de destacados maestros como Uhlmann, Lipsius, Schmidt y Gottchak. En 1896, tras once años de ausencia, ya estaba de regreso en la Argentina y comenzó su labor proyectual. Se afilió a la Sociedad Central de Arquitectos en 1903 y, en 1906, se asoció con los arquitectos Merry & Raynes.
Entre 1907 (aunque ya desde 1904 hubo actividad de obra, pero luego fue suspendida en medio de un conflicto) y 1911 tuvo a su cargo las remodelaciones de los edificios conventuales franciscanos y de la basílica de San Francisco en Buenos Aires, a la cual dotó de una fachada de referencias barrocas bávaras, no exenta de polémicas (el arquitecto Mario Buschiazzo la deploró como un caso de “seudo barroco alemán”). También intervino en la capilla San Roque y en la cripta, y proyectó el colegio y las viviendas ubicadas en la misma manzana (lo cual implicó la demolición del antiguo noviciado, del año 1788).
Asimismo, son proyectos suyos el magnífico edificio del Banco Alemán Transatlántico (1926) situado en Reconquista y Bartolomé Mitre y en el cual se utilizó el hormigón armado para el esqueleto y los entrepisos; el edificio Lahusen (1926, segundo premio municipal de fachada) de la avenida Paseo Colón y Moreno; el monumental Nuevo Banco Germánico de la América del Sud (1928, nuevamente, segundo premio municipal) con fachadas tanto en la calle 25 de Mayo como en la avenida L.N. Alem.
Junto al edificio Lahusen, estas dos obras bancarias lo colocan en la cumbre de su maduración como proyectista y en un nivel de ostensible excelencia en los aspectos estrictamente constructivos, incluyendo tanto materiales como proveedores. De ellas se ocupó, en su época, la Revista de Arquitectura.
En materia de arquitectura religiosa, además de la intervención en el conjunto franciscano, es autor del templo dedicado a Jesús Sacramentado en la avenida Corrientes (y la Casa de Jesús lindera), de la iglesia santafecina de Villa Cañás y algunos ajustes en la iglesia anglicana San Salvador, en la avenida Cramer del barrio de Belgrano.
Es autor de residencias particulares en Buenos Aires y alguna en Mar del Plata, y casas para estancias. En Rosario, proyectó el palacio Recagno sobre el elegante Boulevard Oroño.
Poco se sabe del tramo final de su carrera profesional. Vivió desde joven y hasta su muerte a avanzada edad, en 1968, en la calle Canning (hoy Scalabrini Ortiz) n.° 2762 y Juncal, en la ciudad de Buenos Aires, aunque alternaba temporadas en su casa de San Isidro.
Bibliohemerografía
-AA.VV: Alemanes en la arquitectura rioplatense. CEDODAL y Embajada de Alemania en la R.A, Buenos Aires, 2005
–Anuario La Construcción Moderna. Buenos Aires, 1927
-DE MASI, O.A. y WILLEMSEN, J. P.: Las esculturas de Antonio Vögele en la fachada de la iglesia de San Francisco en Buenos Aires Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas “Mario J. Buschiazzo”, FADU-UBA, nº 35-36.
-DE PAULA, A., GUTIERREZ, R. Y VIÑUALES, G.: Influencia alemana en la arquitectura argentina. Universidad Nacional del Nordeste, Resistencia, 1981
–Revista de Arquitectura, nº 70, Buenos Aires, octubre 1926
–Revista de Arquitectura, nº 84, Buenos Aires, diciembre 1927
–Revista de Arquitectura, nº 89, Buenos Aires, mayo 1928
–Revista de Arquitectura, nº 95, Buenos Aires, noviembre 1928
-WILLEMSEN, J.Pablo: La remodelación de la basílica de San Francisco de Buenos Aires. Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas “Mario J. Buschiazzo”, nº 31-32, IAA-UBA, 1999
SEPULTURA ANA ROSA SCHLIEPER DE MARTÍNEZ DE GUERRERO
Sufragismo e igualdad de derechos femeninos, beneficencia y caridad, promoción social de mujeres y niños, ayuda al refugiado, educación popular y militancia democrática. Ése fue el ideario de Ana Rosa Schlieper, quien pudo verlo plasmado en sus muchos logros.
Nacida en Buenos Aires el 15 de agosto de 1898, cursó estudios primarios (1904-1909) en la escuela pública “Onésimo Leguizamón” de la avenida Santa Fe y Paraná, y secundarios (1910-1915) en un colegio católico romano de la avenida Callao, siempre en la Capital.
En 1913 estableció en su casa un taller de costura con el nombre mariano de “Mater Admirabilis”, para ayudar a damnificados por las inundaciones.
Casada en 1918 con el dirigente radical y terrateniente Guillermo Martínez Guerrero, inició desde joven, en el partido bonaerense de General Madariaga, un intenso trabajo social, presidiendo la Conferencia de Damas de San Vicente de Paul, que adquirió, en 1925, los terrenos donde construyó el Asilo y Colegio San José, dedicado a niños desamparados, confiado a una congregación religiosa francesa.
También en General Madariaga impulsó la construcción del Hospital municipal (1925), que hoy lleva su nombre, y creó en él una escuela de enfermería para mujeres.
Las ventajas de su pertenencia a una clase económicamente privilegiada, en aquella Argentina de perfil aún agropastoril, las canalizó en proyectos solidarios y en acciones generosas. Sólo por ese ethos, deberíamos ver en ella a una mujer ejemplar.
Pero, además, asumió una militancia política activa dentro del radicalismo, luchando por el sufragio femenino. Organizó y fue vicepresidente del Primer Congreso de Mujeres Radicales celebrado en Córdoba.
Antes, integró el movimiento femenino que en la década de 1930 se opuso al proyecto de modificación del Código Civil que amenazaba con dejar sin efecto las conquistas para la mujer casada, introducidas en 1926 al código de Vélez Sarsfield. En 1936 fundó la Asociación Argentina de Mujeres, que presidió entre 1938-1940.
Entre 1938-1943 presidió la Liga de Protección a la Joven (filial de la Obra internacional de Protección a la Mujer).
Integró las delegaciones femeninas a las Conferencias Panamericanas de Montevideo (1933) y de Buenos Aires (1936), con propuestas de integración de las mujeres al organismo y reconocimiento de derechos civiles y políticos, entre ellos el sufragio femenino impulsado por todas las naciones de la organización, a través de la Comisión Interamericana de Mujeres, que presidió entre 1939 y 1943.
Fundó el Primer Instituto Modelo de asistencia Infantil para la atención preventiva y curativa del Niño (1941).
El Russell Sage College de Nueva York le otorgó el doctorado honoris causa en 1941. Presidió la Junta para la Victoria, organización femenina de apoyo a los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial.
Obtuvo la Medalla de Oro de las Américas del Barry College de Miami (Florida) por su contribución al Panamericanismo (1942).
Fue secretaria general del movimiento “Acción Argentina” y viajó a los Estados Unidos, invitada por la “League of Women Voters”, organizando una gira de divulgación por varias ciudades de aquel país.
Fue perseguida y detenida por su militancia democrática durante el período 1943-1945, alojada en el Departamento Central de Policía y en la Cárcel del Buen Pastor.
Fundó una organización de ayuda de guerra llamada Comité de la Victoria y presidió la Asociación de Protección a los Refugiados y Apátridas, que tuvo a su cargo un hogar para ellos. Por estas acciones (en las que, tanto comprometió su apoyo moral, como empeñó su asistencia material) recibió el premio internacional Nansen.
Murió en Buenos Aires el 4 de septiembre de 1964 y, desde el día siguiente, sus restos descansan en la bóveda familiar del Cementerio Alemán.
SEPULCRO MASÓNICO DE LA LOGIA “UNITAS”
Numerosos integrantes de la colectividad de habla alemana, como el suizo Teodoro Alemann, fueron afiliados a logias masónicas. Su primera filial ya operaba activamente en el país desde la segunda mitad del siglo XIX, bajo la tutela de la Gran Logia de Hamburgo, de fuerte influencia luterana y burguesa. Se trataba de la Logia “Teutonia”, cuyos estatutos adicionales a los de la logia inglesa que regían la sociedad secreta alemana fueron aprobados en noviembre de 1859 y publicados en 1861 (el ejemplar que se custodia en la Biblioteca Nacional, impreso por El Comercio del Plata, es uno de los más viejos impresos en idioma alemán que se conservan entre nosotros).
En el caso de la Logia “Unitas” N.º 387 (de habla alemana) practica el llamado “rito Schröder” (de tradición liberal e igualitaria) y es miembro de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones. En la cadena de segregaciones y fusiones que ha concretado la masonería alemana, desde mediados del siglo XX incluye a las logias “Humanitas” y “Sócrates”.
El sepulcro colectivo de la Logia “Unitas” se ha preparado para el entierro de cenizas, un modo de disposición de los restos mortales propiciado por la masonería. Fue construido con la tipología de “sepulcro de urnas” por la empresa de A. Schaap en 1951, empleando lajas y Travertino. Su capacidad prevista originalmente es de 40 depósitos de dos urnas.
Su murete bajo es de piedra, lo mismo que su alzada o frontón escalonado, cuyo remate es una lámpara votiva ardiente, esculpida en piedra. Según el simbolista masónico Frau Abrines, cuando la lámpara aparece en las ceremonias fúnebres masónicas viene a significar lo efímero de la existencia. También simboliza, como emblema, la luz imprevista que viene de Dios.
Los símbolos masónicos habituales (el compás y la escuadra, y el martillo y la cuchara) lucen a ambos lados de la cabecera.
El compás es un símbolo muy usado y representa la justicia con que deben medirse los actos humanos y por eso se dice que, junto con la Biblia y la escuadra es una de las grandes joyas de la Orden. También la escuadra aparece reiteradamente en todos los grados como emblema masónico. Es símbolo de la rectitud y joya del Venerable Maestro, porque él debe ser el más recto dentro de la logia. Si la escuadra fuera acompañada de una plomada, indica lo equitativo. Cuando la escuadra aparece solidarizada con el compás debe leerse del modo siguiente: el compás representa el cielo, hacia donde el iniciado debe dirigir constantemente su mirada, en tanto la escuadra representa a la tierra, a la cual nos encadenan las pasiones humanas.
El martillo (o maza o mallete) es símbolo de autoridad. La cuchara de albañil (o llana o trulla) es un símbolo muy reiterado y significativo. Es el instrumento de la maestría y emblema de la tolerancia e indulgencia con que todo masón (en especial los Maestros) debe disimular los defectos de sus hermanos y de todos sus semejantes.
Placas de metal prolijamente alineadas en la cabecera indican los nombres de los afiliados allí sepultados, donde aparecen, como un rasgo llamativo, nombres femeninos también.