Skip to content Skip to footer

LA IMPORTANCIA DE LA MÚSICA EN EL CULTO PROTESTANTE, POR EL PASTOR EMÉRITO EVERARDO STEPHAN

Como plática de apertura del cuarto y último encuentro del Jubileo por el 180º aniversario de la CEABA, el 25-X-2023 el Pastor emérito Everardo Stephan ofreció las siguientes reflexiones, que podrán leer en el documento completo.¡Qué lo disfruten!

Llegamos al cuarto encuentro, organizado para celebrar el 180° aniversario de la fundación de la Congregación Evangélica Alemana en Buenos Aires.

Para comenzar quiero repasar brevemente los ejes temáticos de los anteriores encuentros, organizados para el Jubileo festivo y conmemorativo. Es a modo de repaso e información.

  1. El primer encuentro nos convocó para refrescar la historia de la Congregación y aprender a valorar y admirar
    este templo, la primera iglesia neogótica de la ciudad, en sus características arquitectónicas y detalles estilísticos. Se destacó en ese repaso, el rol de la Congregación como fundadora del Sínodo Evangélico Alemán del Río de la Plata, que hoy es la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. Más allá del de esa importante presencia institucional en esa historia, destaco brevemente, que desde un principio la Congregación de la ciudad, se dedicó a acompañar a las familias evangélicas que se fueron radicando alrededor de la misma. Especialmente en el sur, Quilmes, Témperley y Valentín Alsina. Visitando además lugares del interior del
    país. En Baradero la congregación ya existente, y en otras regiones, incluso en el Uruguay. Las visitas pastorales fueron organizadas y llevadas a cabo a pesar las condiciones de y caminos y medios de transporte
    imperantes en esos tiempos. De esta manera la Congregación ayudó a formar comunidades nuevas y las acompañó entrado el siglo XX.
  1. El segundo encuentro, nos acercó el espíritu de servicio: el ejercicio de la diaconía, hacia el prójimo, como un
    mandato evangélico. Destaco nuevamente, que esa responsabilidad fue asumida por la comunidad desde sus
    inicios. En la ciudad se crearon: un hogar para los marineros que llegaban a la ciudad y debía permanecer en
    Buenos Aires unos días; un comité de mujeres para acompañar a niños y mujeres solas y personas mayores,
    más tarde apoyando el Hogar en la calle Agüero; creando el fondo de ayuda a necesitados y el fondo solidario de salud. Sintieron asimismo la necesidad de tener un centro de salud, y muchos miembros activos de la congregación ayudaron a fundar el Hospital Alemán. Estos datos fueron tomados del libro del Pastor Hermann Schmidt.
  2. En el tercer encuentro, celebramos un culto festivo de agradecimiento y alabanza, con canto de himnos y el
    acompañamiento del Coro de Bronces. A continuación se llevó adelante y el acto protocolar del jubileo, con la
    asistencia de los feligreses, las autoridades invitadas, visitas y representantes de instituciones hermanas,
    organismos y oficinas gubernamentales nacionales, de la ciudad y extrajeras. Vivimos es acto emotivo.
  3. Llegamos a este cuarto encuentro. Como saben su tema es: los himnos y la música, su lugar especial y significado en el culto de la iglesia protestante. Y como cierre, podremos presenciar el concierto festivo organzado por el Coro del Bach-Collegium Buenos Aires.

Como escuchamos el miércoles pasado, las familias que llegaron al Río de La Plata durante la primera mitad del siglo XIX crearon la institución alemana más antigua de nuestro país. Esos inmigrantes, trajeron su enorme patrimonio religioso con su convencimiento de fe, con la Biblia y los Himnarios, contenidos en sus valijas. Pero qué serían los himnos sin los instrumentos, que también acompañaban el equipaje. Con el ejercicio de su espiritualidad y el testimonio de su fe, procurando la formación de una comunidad, los antepasados nos dejaron un legado invalorable. Fundaron la Congregación en 1843 e inauguraron este templo diez años más tarde. El mismo es el testimonio del patrimonio histórico material, que hoy podemos admirar y valorar como un inmenso regalo, de aquellos los hombres y aquellas mujeres de fe. Deseosos de reunirse, formar una comunidad y celebrar cultos, escuchar la Palabra de Dios y cantar himnos en estas nuevas tierras, lograron cumplir su sueño. Debemos decir también, que ese patrimonio de la diversidad religiosa, se
vio enriquecido permanentemente hasta nuestros días, con muchas familias que vinieron de diferentes partes de Europa y en los últimos tiempos desde países vecinos y del interior del país. EL aumento de membresía llevó a la formación de otras comunidades, además de Baradero ya mencionada, en Belgrano, y en el gran Buenos Aires, en Villa Ballester, Martínez, Castelar, Los Polvorines, Olivos. El historiador Pastor Hermann Schmidt destaca, en su libro escrito por los 100 años de la Congregación, que muy pronto se conformó un coro de la comunidad para acompañar a las celebraciones. De esa manera vivieron el patrimonio religioso musical, que trajeron a estas márgenes del Río de la Plata, a un mundo totalmente desconocido,
distinto. Una ciudad que los recibió, con otras costumbres y tradiciones, traídas por inmigrantes de varias naciones europeas. En cuanto al mantenimiento de su idioma crearon la primera escuela alemana, aquí en el fondo, en un edificio, que, en alguna reseña, fue caracterizado como escuela “humilde de paredes de adobe”. La presencia de un docente de música, marcó la importancia que se le asignaba a la misma. Lo mismo que la enseñanza en la ejecución de instrumentos, para vivirla en el seno de las familias, y acompañar a las celebraciones y de la comunidad. El coro de voces creado en los primeros años, para acompañar las celebraciones con los himnos y canciones, ya fue mencionado. Dice Schmidt, que ese coro fue reconocido ampliamente en la ciudad por sus interpretaciones en conciertos. Admirando este hermoso templo, debemos referirnos ahora a la preocupación de la primera comunidad por conseguir un órgano de tubos, para enaltecer con su acompañamiento las celebraciones. Es una demostración cabal de la importancia que tenía para su vida espiritual y vivencia de la fe, la música religiosa y sacra. (Pueden leer una interesante investigación sobre los órganos de la iglesia, realizada por la señora Ursula Gulich, en la página web del Cementerio Alemán, bajo el capítulo Patrimonio e Historia). Resumiendo diremos que el primer órgano de la firma Gesell, llegó a Bs.As. en 1870. Ya hacia fines del siglo XIX debió ser reacondicionado y en el año 1912 se le agregó un motor para proporcionar el aire al fuelle. Al poco tiempo, el órgano fue nuevamente tema de las reuniones de la Comisión Directiva. Así es que, se hizo un llamado para reunir donaciones y crear un fondo para la adquisición de un órgano más adecuando para el tamaño de la iglesia. Esta vez se pidió un órgano a la empresa constructora de órganos Walker. Llegado a Buenos Aires, e instalado por personal de la empresa, fue inaugurado en la
celebración de navidad del año 1912. Cuando en el siglo XX, la Congregación Evangélica Alemana en Buenos Aires comenzó a predicar en las distintas zonas, que mencionamos unos párrafos más arriba, el instrumento predominante para acompañar los himnos era el armonio. Quiero compartir tres datos con ustedes. Disculpen que en uno recurro a una historia familiar. En los Polvorines, en los años 70 se fue formando una nueva comunidad. En mi casa había parado un pequeño armonio. Mis padres no dudaron en donarlo, para
que las familias allí pudieran acompañar esa inmensidad de himnos que cada uno traía en su alforja espiritual. Después de muchos años ese armonio, ya no necesario, volvió a mi casa y allí está. En la hermosa capilla de la localidad de San Bernardino, a orillas del Lago de Ypacaraí, en Paraguay, está resguardado un pequeño armonio portátil, del tamaño de una valija grande. Fue el instrumento, que los pastores de Asunción, llevaban en sus viajes recorriendo los distintos lugares donde familias evangélicas se habían radicado. De esa manera se formaron nuevas comunidades alrededor de la alabanza y el canto. A comienzos del siglo XXI, en el depósito de Castelar había guardados dos hermosos armonios grandes, confeccionados con importante madera europea. Seguramente quedaron allí por la integración de otros instrumentos en las celebraciones de las comunidades.

Alguno estará está pensando en este momento, pero este pastor emérito se desvió del tema de hoy. No me desvié, sino que amplié el mismo con ejemplos concreto. Y vendrán más. Pero quiero fundamentar lo dicho hasta aquí y los ejemplos traídos, con las líneas que siguen.

El significado profundo del acompañamiento musical para la comunidad, surge durante el movimiento de la Reforma Protestante en los distintos países de Europa. Antes de la Reforma la comunidad no cantaba en las celebraciones. Más bien, en actitud pasiva, escuchaba durante las celebraciones los cantos entonados, generalmente en latín, que no era el idioma que se usaba en el día a día. Los cantos y la música en estilo gregoriano y generalmente al unísono, como relatado, interpretado por el sacerdote, componían las partes de la misa. Martín Lutero introdujo el canto comunitario con su “misa alemana”, traducida al idioma “de la calle”. Dando voz y participación a la comunidad con las respuestas litúrgicas y los himnos. Convencido de la necesidad que los fieles participen de la celebración activamente. Consta de las siguientes partes: Invocación, confesión de culpas y absolución; lecturas de textos del domingo; confesión de fe con palabras del credo apostólico; sermón u homilía, como parte más importante del culto; la oración de intercesión con el padre nuestro y la bendición. Siempre cantando himnos al comienzo, intercalados en las partes y al final.
Hoy el Coro del Bach-Collegium de Buenos Aires, nos ofrecerá la “Misa Brevis”, como se llamó el culto lutetrano musicalmente desde el año 1700. Martían Lutero compuso himnos, en algunos casos también la melodía, en otros aplicando melodías de canciones populares a los textos. Su obra consta de unos 40 himnos. Dos ejemplos: el himno para animar a la comunidad, ya clásico, “Castillo fuerte es nuestro Dios”, basado en el Salmo 46 del Antiguo Testamento, aquí su segunda estrofa: “Nuestro valor es nada aquí, con él todo es perdido; mas con nosotros luchará de Dios el escogido. Es nuestro rey Jesús, el que venció en la cruz, Señor y Salvador, y siendo el solo Dios, él triunfará en la batalla.” Y un himno de invocación y ruego para mantener la fe en el Dios trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo. “Sostén nos firmes, ¡oh Señor!; En la Palabra de tu amor;
refrena a los que en su maldad, tu reino quieren derribar. Demuestra tu poder, Jesús, pues rey de reyes eres Tú; haz que tu amada cristiandad, te alabe con sinceridad. ¡Oh Santo Espíritu de Dios! Escucha de tu grey la voz; conserva en ella la unidad, y guía la en tu santa paz.” Se dice, en los libros de historia, que Lutero cantaba con mucho entusiasmo y una fuerte voz. A veces acompañando el canto con la interpretación del laúd. Voy a
citar dos frases, que según los investigadores de la materia, Lutero dijo: “La música es un don y regalo de Dios. Ella espanta al diablo y provoca felicidad en el ser humano. Es la mejor caricia para una persona apesadumbrada.” , y “Quien canta, reza dos veces, y eso en su propio idioma.” El Dr. Martín Lutero quería que todos canten, darle una vos a los fieles en el culto. Dicen las investigaciones también, que en las celebraciones de las “misas alemanas”, bastante más breves, que la misa tradicional, no solamente los sermones era largos, sino que se cantaba mucho. Con sus himnos predicaba el evangelio, interpretando su mensaje para la fe y el fortalecimiento de la espiritualidad personal y comunitaria. Además, las estrofas de los himnos afirmaban también las doctrinas de la fe cristiana y la teología en que se fundamentaba la Reforma. Esas doctrinas debían liberar a la iglesia de algunas prácticas religiosas usuales de su tiempo, que consideraba erróneas.
La música y los himnos utilizados como una manera de instruir al pueblo y fundamentar su fe, moldeando una religiosidad personal y comunitaria vivida en oración, obediencia a la palabra, en libertad y alegría.

Durante los años del desarrollo de la Reforma Protestante o Evangélica, y los siglos siguientes, surgieron muchísimos laicos, teólogos, músicos y poetas que acompañaron y abrazaron convencidos los principios y enseñanzas de la Reforma. Ellos son los creadores de infinidad de himnos compuestos para expresar una profunda religiosidad. Son testimonio de fe, que podremos comprender con su lectura y escucha reflexiva. Paul Gerhard, por nombrar uno, es tal vez autor más conocido. Creador de muchísimos himnos, que hablan y trasmiten una profunda espiritualidad y fe comprometida. No se trata de imitar, sí, de aprender de sus
palabras y dejarse alimentar en su fe y religiosidad. En el ámbito de esta Congregación ya alrededor del año 1900 se confeccionó un himnario en idioma castellano para adaptarse a los cambios, que se fueron dando. Para graficar la inmensidad e importancia de la himnología evangélica, unos ejemplos. Experimenté personalmente en Entre Ríos, donde me impactó el canto y uso, que se hacía del Himnario, que trajeron en sus valijas los inmigrantes venidos de las costas y llanuras del Wolga. Himnario con casi 1000 himnos. El himnario actual de la Iglesia Evangélica de Alemania, contiene más de 600 himnos, entre los más tradicionales y los muchos inspirados en nuestro siglo, con un idioma actual y ritmos y música nueva. Y nuestro himnario “Canto y Fe”, con 444 himnos de diversas regiones, tradiciones. Himnos tradicionales y
actuales. Para ampliar el concepto, mencionaremos, que la creatividad de laicos, teólogos, poetas y músicos está muy activa en nuestro siglo, creando infinidad de himnos, cánticos y acompañamientos litúrgicos que reflejan y moldean, como entonces, con el idioma cotidiano, la religiosidad y la fe de nuestros días. También, como en tiempos de la Reforma, algunos acompañados con música de ritmos populares. En 1970 el Pastor Anders Ruth, mi profesor de teología práctica, creó el canto muy conocido: “La paz del Señor, la paz del Señor, la Paz del resucitado, la paz del Señor a ti y a mí, a todos alcanzará.” Menciono unos más: un carnavalito, con letra del Pastor Mortimer Arias, de Bolivia: “A este santo templo venimos a dorar; pero al ir sabemos
que no quedas aquí. Estás en el mundo, delante vas también, y de allí nos llamas, contigo a servir. Reunidos o dispersos, contigo estaremos, tu gracia nos diste, tu gracias daremos.” El himno con ritmo de tango, del pastor Federico Pagura, cuyo texto es: “Porque Él entró en el mundo y en la historia; porque Él quebró el silencio y la agonía; porque llenó la tierra de su gloria; porque fue luz en nuestra noche fría. Porque Él nació en un pesebre oscuro; porque vivió sembrando amor y vida, porque Él partió los corazones duros y levantó las almas batidas.
Por eso es que hoy tenemos esperanza, por eso es que hoy luchamos con porfía, por eso es que hoy miramos con confianza el porvenir en esta tierra mía. Por eso que hoy tenemos esperanza, por eso es que hoy luchamos con porfía, por eso es que hoy miramos con confianza el porvenir.” Mencionar otros más, alargaría esta presentación. Pero quiero recordar aquí el querido “Cancionero abierto”, de la década del 80, literalmente una carpeta, siempre dispuesta a recibir una hoja más, otro himno nuevo. La música en la concepción del culto y en su desarrollo, no es simplemente un adorno, por el contrario, su origen y aceptación por parte de los fieles, se debe a la alegría de cantar alabanzas y honor al Dios de la vida. Los himnos son una herramienta de evangelización. Al leer sus textos o entonarlos en las celebraciones, los mismos son trasmisores y acompañantes indispensables para la vida espiritual y de fe de cada fiel y la comunidad. No debemos olvidar la importancia catequética que los textos de los himnos adquieren, con la expresión de los mensajes bíblicos y las interpretaciones básicas de las mismas, expresadas en cortas frases doctrinales. Se suelen clasificar los himnos de acuerdo a sus temas. Los hay de: alabanza; loor; agradecimiento; pedido de fuerza; fortalecimiento en la fe; consuelo en tiempos de prueba. Por nombrar solamente algunos. Podemos afirmar asimismo, que en cuanto al patrimonio edilicio que aquí podemos apreciar, muchos otros elementos, imágenes y símbolos en los vitrales y ornamentos, sirven al mismo fin de la instrucción en la fe, recordando, que desde las Sagradas Escrituras y su lectura, se alimenta con fuerza, alegría y paz, la vida de los creyentes. Para volver al tema de los órganos e instrumentos que acompañan el canto de los himnos, debo mencionar que siempre hubo, y hay todavía, miembros de las comunidades que ponen al servicio del canto y la
alabanza, sus dones de intérpretes de algún instrumento. Cuando no había instrumentos como órgano, piano o armonio, aparecía algún acordeón. Tal vez fue el primero. Se agregaron las flautas dulces, flautas traversas, las guitarras, los violines, los teclados, las cajas y bombos. Los textos de los himnos y la música fueron cambiando, adaptándose a nuevas formas. Felizmente las comunidades acompañaron es cambio y cantan con entusiasmo y alegría los himnos rítmicos, con letras en el idioma que hablamos en el día a día. Y por último mencionar la creación por laicos comprometidos, a mediados de siglo, de los importantes Coros de Bronce de Martínez y Villa Ballester. Disfrutamos del acompañamiento característico de su hermoso sonido en el culto de acción de gracia hace una semana. Voy llegando a la última parte de la exposición. Dedicada
al músico cuya fuerza creativa nos acompaña en el concierto festivo de hoy: Juan Sebastián Bach. Abrazó las
enseñanzas de la Biblia según la predicación de la Reforma Protestante, literalmente con alma y toda su vida, como lo señalan sus biógrafos. Bach compartió esa profunda fe en Dios, colocando con su puño y letra, en las obras que produjo, la frase: “soli Deo gloria”. Juan Sebastián Bach, vivió entre 1685 y 1750. Con su lema que solamente a Dios debemos alabar, nos dio el testimonio, que con sus obras, quería servir a Dios y al pueblo, en el anuncio del Evangelio de Jesucristo, el Salvador. Destacamos de sus obras las muchísimas Cantatas, escritas para cada domingo del año, con el tema que le daban a cada uno de ellos los textos Bíblicos indicados por el orden litúrgico de la iglesia cristiana. Tomados de libros del Antiguo Testamento, un Salmo, de los Evangelios y las Cartas de los Apóstoles. Mencionamos obligatoriamente también, sus imponentes obras, que son las Pasiones y Oratorios, compuestos según los textos de los Evangelios. Acompañados con muchos de los himnos a los cuales hacíamos referencia anteriormente. Apreciados presentes, los invito que en silencio, en respeto a la profunda fe y religiosidad con que fueron compuestos estos himnos y obras sacras, disfrutemos de los tonos de cada instrumento, que ahora afinándose, van creando los acordes y armonías que se harán presentes en las hermosas obras de Bach. Obras que nos presentará el Coro del “Bach-Collegium Buenos Aires”, solistas e instrumentistas, bajo la dirección musical de Juan Florentino La Moglie.
Everardo Stephan Buenos Aires, 25 de octubre de 2023

Av. S. Elcano 4530, Chacarita, CABA.
Buenos Aires, Argentina.
+54 (11) 4553-3206
cementerio.aleman@ceaba.org.ar

Av. Samuel Morse 303,Pablo Nogués,
Buenos Aires, Argentina.
+54 (11) 4463-1543
cementerio.jardin@ceaba.org.ar

Te invitamos a involucrarte
en las obras de educación
y sociales de nuestros hogares.

Av. S. Elcano 4530, Chacarita, CABA.
Buenos Aires, Argentina.
+54 (11) 4553-3206
Guardia 24/7
+54 9 11 7017-1397
cementerio.aleman@ceaba.org.ar

Av. Samuel Morse 303,Pablo Nogués,
Buenos Aires, Argentina.
+54 (11) 4463-1543
Guardia 24/7
+54 9 11 7017-1399
cementerio.jardin@ceaba.org.ar

Te invitamos a involucrarte
en las obras de educación
y sociales de nuestros hogares.
Te invitamos a involucrarte
en las obras de educación
y sociales de nuestros hogares.

© 2023. Todos los derechos reservados. Congregación Evangélica Alemana en Buenos Aires (CEABA).

Desarrollado por MINÖco. | Creative Branding