La mirada melancólica enfocada en un punto perdido en el horizonte, el brazo apoyado en la ruina de un edificio y la mano que cae, casi inerte, son notas que el artista utilizó para expresar el sentimiento de dolor de este ángel “pensieroso” esculpido en mármol para el sepulcro familiar Kuker.
Un rasgo adicional (y que se corresponde con ciertas licencias eróticas que abundan en los cementerios de tradición romántica, y muy especialmente en los cementerios protestantes) es una cierta ambigüedad andrógina de la figura.