La capilla de responsos fue declarada en la categoría de Monumento Histórico Nacional mediante el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional nº 525/ 2010 sumándose, en la máxima categoría legal-patrimonial, al repertorio de los bienes declarados en el marco normativo nacional.
La escala del edificio guarda relación con su carácter de capilla de responso: sumamente equilibrada, ni muy grande ni muy pequeña, según las exigencias de los servicios específicos que se celebran en su interior. Por otra parte, su volumen, texturas y colores dialogan amistosamente con el paisaje que la rodea.
Algunos rasgos formales comunes a los espacios religiosos del rito “reformado” que se derivan del proceso histórico de la Reforma y de algunos vectores iniciales que atañen a la simplificación de la liturgia, son observables en esta capilla.
El exterior fue proyectado por el arquitecto Juan Kronfuss. Sus clases en la Universidad de Buenos Aires, sus relevamientos de campo en Córdoba, Tucumán, Salta y Jujuy, y las ilustraciones de sus libros, son características que lo siguen identificando como uno de los pioneros en la búsqueda de una arquitectura vernácula argentina, asociada a las formas coloniales. Sin embargo, en este caso, prefirió una referencia más directa a las estéticas alemanas, ya que su lenguaje se enrola en dos referencias epocales: por un lado, domina la composición general un tardío estilo neoclásico prusiano y por el otro, lo mismo que el pórtico, algunos de sus elementos delatan ya la interferencia de la vanguardia, en clave muniquense Jugenstil.
Su fachada exhibe un pórtico adelantado (o nártex) tetrástilo, del orden toscano, (aunque algún colega y amigo aún sostiene que podría ser dórico romanizado) con un frontón triangular en cuyo tímpano se colocó un relieve escultórico de tema funerario clásico (la urna cineraria parcialmente velada) y, por debajo, una inscripción en lengua alemana, de fuente evangélica:
La cubierta de tejas remata en una bella cruz de hierro forjado. La edificación de la capilla estuvo a cargo de la empresa alemana Wayss & Freitag, establecida en el país a fines de 1909 y con fuerte expertise en construcciones de hormigón armado, ya desde sus comienzos en Alemania, a finales del siglo XIX. Llegó a tener, hacia 1910, sucursales en Berlín, Dresde, Mónaco, Baviera, Düsseldorf, Hamburgo, Karlsruhe, Nüremberg, Frankfurt del Main, Stocarda, Estrasburgo, Luxemburgo, Viena, Insbruck, Génova, Milán, Nápoles, San Petersburgo, Riga y Buenos Aires. Precisamente, la sede porteña se perfilaba como
una gran cabecera regional de negocios.
La capilla fue inaugurada el 1º de agosto de 1926.
Se accede al interior a través del portal principal y de dos portones secundarios de cuatro hojas, situados a cada lado del edificio, bajo pequeños frontones triangulares. Una particularidad de estas puertas es, en cada una de ellas, una tronera con el motivo de la cruz realizada con perfiles de hierro forjado, decorado en su interior.
Su emplazamiento central, en el eje del ingreso y en el punto focal del camino principal y de los dos caminos transversales más anchos, convierte a la capilla en un hito material dominante para todo el enterratorio, que se desarrolla a ambos lados y por detrás. Tomándola como referencia, nadie podría extraviar sus pasos durante una visita al cementerio.
Próxima a la capilla, y recreando las tradiciones seculares de las iglesias, en el año 2021 se emplazó una columna campanario ceremonial con el doble objetivo de acompañar las ceremonias con el tañido de la vieja campana, y de señalar la hora de cierre del enterratorio, como es costumbre en otros cementerios. Su tañido pudo escucharse, por primera vez en un contexto ritual, durante la celebración del Volkstrauertag del 13 de noviembre de 2021.
Por detrás del altar existe un bello vitral multicolor alusivo a la Resurrección del Señor, fabricado en Munich por el Real Instituto de Arte Cristiano de Baviera Mayer & Cía, e importado por Adolf Weber. También existen allí decoraciones que fueron ejecutadas por el señor Pablo Jellin en 1986, alterando en parte el programa pictórico original. Una archivolta, que se descarga sobre semicolumnas y pilastras, ostenta la inscripción Gott ist nicht der Toten, sondern der Lebendigen Gott (Dios no es un Dios de muertos, sino de vivientes), tomada del Evangelio
de Mateo, 22,32.
El edificio logra una óptima inserción en el encantador paisaje de su entorno: situada en el eje del acceso principal
y en el foco visual del pórtico, armoniza volumétricamente, compositivamente y cromáticamente con los trazados
clasicistas-racionalistas del enterratorio y con su carácter escultórico